Pasito a pasito.

Muchas veces el corazón atiende a razones que la razón nunca llegará a comprender. Sencillamente yo.

domingo, 17 de abril de 2011

Voy a escribir algo profundo... Subsuelo.

Hace tiempo que no consigo escribir algo con sentido. Tal y como lo decía Bécquer os lo contaré. Todo lo que se escribe sirve, excepto lo que se escribe mientras se siente de una forma descontrolada. Él asegura que hay que dejar pasar el sentimiento para así poder escribir sobre lo que se ha llegado a experimentar. Cieramente yo no pienso cómo él; no creo que todo lo que se escriba sirva, o por lo menos para mí. Y ni que decir tiene que ni puedo ni quiero plasmar en un papel lo anteriormente sentido, he de hacerlo en el momento que sé lo que a través de unas letras quiero expresar. Si le hiciéramos caso a este magnífico personaje, nadie nunca podría escribir nada, todos deberíamos esperar a dejar de sentir para poder expresarlo a los demás por escrito.
Definitivamente afirmo que el mundo se está quedando sin genios; Einstein murió, Bécquer aformaba cosas como esta, y a mí me duele la cabeza.

viernes, 15 de abril de 2011

Mira la vida..

Tener verdadero éxito en la vida para mí ciertamente es: reír mucho y muchas veces. Ganar el respeto de personas inteligentes. Gozar del cariño de quienes están a tu alrededor. Ganar la amistad de personas que pueden suponer tanto para tí y saber soportar la traición de falsos amigos. Querer, mucho, durante toda tu vida, pero sabiendo con quién se comparte ese sentimiento. Saber apreciar donde se encuentra la verdadera belleza; buscar lo mejor en los demás para aprender de ello. Al fin y al cabo intentar dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste, ya que de alguna u otra manera puedes conseguirlo.
Saber que al menos alguien ha vivido mejor gracias a tí.

domingo, 20 de febrero de 2011

En el camino aprendí que volar alto no es llegar lejos y que dar el estirón no es crecer. Aprendí que mirar no siempre es ver y que escuchar no tiene por qué ser oir. Las canciones me enseñaron a llorar con sentimiento. Estando en silencio conseguí aprender a medir el tiempo en latidos. Aprendí con el tiempo a reirme de cosas sin gracia; sí, aunque nunca dejaré de llorar por otras que no lo merecen.
Aprendí que estar triste no es llorar y que ser feliz no tiene que ser reir. Aprendí que lamentar no es sentir; y lo más importante de todo, aprendí que el roce hace el cariño, pero que acostumbrarse no viene ligado a querer.